¿Existen los dragones? Dragón del bosque de Boyd


Diferentes culturas de todo el mundo han hablado de los dragones. Civilizaciones que no habían tenido contacto entre sí, tienen en común a estos seres mitológicos. Con algunas diferencias de aspecto y simbología, pero, ¿existieron los dragones realmente?

Ejemplar de dragón del bosque de Boyd

Los mitos sobre los dragones a lo largo de la historia pueden haberse inspirado en un origen común. En primer lugar, una explicación se debe a que en el mundo se pueden encontrar fósiles de dinosaurios que nuestros antepasados pudieron atribuir a dragones, monstruos y gigantes.

Pero además, existe otra posible explicación. La imagen prototípica de los dragones recuerda irremediablemente a muchas especies de lagartos, serpientes y cocodrilos. Quizás, los temores de los primeros humanos pudieron influir en la creación de este mito. Tanto es así, que en la actualidad existen diferentes animales conocidos con el nombre de dragones.

Los dragones en la actualidad

Quizás, el más conocido de los dragones actuales es el de Komodo (Varanus komodoensis), una de las islas indonesias. Sin embargo, existen otras especies comparables en aspecto, aunque no en tamaño. Este es el ejemplo del dragón del bosque Boyd. Un reptil de aspecto mitológico pero que habita en el norte de Australia.

El dragón del bosque de Boyd (Lophosaurus boydii) tiene su hábitat en la selva tropical de Australia. Su distribución se encuentra desde el norte de Townsville hasta cerca de Cooktown. Su principal característica es una cresta dorsal que llega hasta la cola, que es la que le da nombre genérico de Lophosaurus significa «lagarto con cresta«, del griego lophos para «cresta«, y saurus para «lagarto«. Otro de sus rasgos más característicos es su papada amarilla.

Los machos adultos crecen hasta alcanzar una longitud corporal promedio (longitud del hocico-cloaca) de aproximadamente 160 mm, y la cola añade otros 325 mm; la longitud promedio del cuerpo para las hembras adultas es de unos 140 mm y la longitud de la cola es de unos 280 mm.

Puede que los dragones escupidores de fuego no existieran, más allá de la literatura y la cultura popular. Sin embargo, podemos afirmar sin lugar a dudas que los dragones siguen entre nosotros.

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