100 años más tarde reaparece una tortuga gigante en las Galápagos tras darla por extinta

La tortuga gigante de Fernandina (Chelonoidis phantasticus) se vio por última vez en un viaje en 1906. Desde entonces, no se ha encontrado ningún otro ejemplar de la especie en la isla Fernandina, y algunos incluso han cuestionado si realmente existió. Hasta ahora, 113 años después.


Chelonoidis phantasticus. Fuente: Ecuador Ministry of Enviroment

Una expedición conjunta entre el Parque Nacional Galápagos y la Conservación de Galápagos logró encontrarla en una parte remota de la isla. Por primera vez en más de un siglo, el equipo había detectado una tortuga gigante hembra Fernandina adulta.

De 20 kilos y un caparazón de más de medio metro, la tortuga hembra adulta encontrada podría bordear los cien años, de acuerdo con las marcas y algunas características morfométricas del caparazón.

Un descubrimiento sorprendente

Como pistas de su existencia había dos precedentes: un cactus mordido y excrementos en 2006 y en 2014, respectivamente, tras lo que se inició un proyecto para analizar Fernandina que, con 637,7 kilómetros cuadrados, es la tercera isla más grande del archipiélago y de mucha composición volcánica.

Una expedición, que estaba la semana pasada en la zona, pasó por un sitio aislado. Allí, entre una vegetación en medio de un campo de lava, encontraron a la tortuga sola. Según relataban, primero vieron el excremento, después vieron la cama donde aparentemente había dormido y siguiendo el recorrido, quince metros más adelante, encontraron a la tortuga descansando debajo de unos arbustos.

¿Y ahora qué?

Los investigadores han explicado que notaron huellas y el rastro en los alrededores, lo que les hace pensar que hay más de estas tortugas en la isla. De ser así, las posibilidades de reproducción han entusiasmado a los conservacionistas. Según algunos ecologistas, necesitarán más de un ejemplar, pero las hembras pueden almacenar esperma durante mucho tiempo. Por lo que hay un atisbo de esperanza.

A diferencia de muchas otras especies de tortugas gigantes que han sido víctimas de la caza y los animales salvajes, la mayor amenaza para la tortuga gigante de Fernandina no es de origen humano. En realidad es el duro hábitat en el que vive. La especie está catalogada como en peligro crítico porque los expertos creen que pueden haber sucumbido a “los frecuentes flujos de lava volcánica que casi cubren toda la isla”.

Para proteger a estas criaturas de un daño irreversible, los investigadores han llevado a la tortuga a un centro de cría de tortugas gigantes en la isla de Santa Cruz.

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